La independencia financiera podría decir, es la capacidad económica que tiene una persona de poder llevar una vida cómoda financieramente hablando. Con la característica principal de no depender de un salario, es decir, es cuando dispones de suficientes ingresos para pagar los gastos de subsistencia por el resto de tu vida sin tener que estar empleado o depender de otros.
Alcanzar la independencia financiera y no tener que preocuparse por ir a trabajar es el sueño de muchas personas. No importa si eres soltero, con familia joven o no tan joven, ser independiente económicamente puede ser una realidad para ti. Esta se puede lograr a cualquier edad, de hecho, cualquiera que se encuentre actualmente atado a un trabajo o que por cualquier motivo no esté satisfecho con su situación económica anhela la libertad que proporciona la independencia financiera.
Tu subsistencia va a depender de fuentes pasivas de ingresos programados, como lo son los ahorros o ingresos provenientes de inversiones. Esto se puede lograr a través de un ahorro disciplinado, el trabajo y la inversión.
La independencia financiera también te dará mayor tranquilidad y menos posibilidades de sufrir estrés. Ya que no tienes razones para preocuparte a causa de problemas económicos. Es muy reconfortante saber que el ingreso pasivo proveniente del ahorro o las inversiones realizadas garantiza el pago de todos los gastos ocasionados en el día a día.
Al alcanzar la independencia financiera dispones de tiempo libre ilimitado y los recursos económicos suficientes para no tener que preocuparte por los gastos. En este punto, puedes dedicarte a hacer lo que más te guste: algún hobby, ejercicios, viajar, pasear o invertir en tu propio crecimiento personal. Cualquier cosa que decidas hacer con tu tiempo libre, incluso iniciar un nuevo negocio solo por el placer de hacerlo y ocupar tu tiempo para mantenerte activo profesionalmente.
Te comparto algunos tips para que empieces a mejorar tus finanzas
1. Amplía tus fuentes de ingresos.
Incrementando tus ingresos actuales, ya sea optimizando un negocio o consiguiendo mejoras salariales, o aumentando las vías de ingresos.
2. Controla tus gastos y reduce los gastos hormiga.
Reduce los «gastos hormiga». Todos aquellos pequeños gastos que a veces ni nos damos cuenta, pero que sumados al cabo del año son un agujero para nuestras finanzas. por ejemplo el café diario, chicles, tabaco, snacks y otros varios que podríamos reducir o eliminar.
3. Ahorra.
Es importante educarnos en el ahorro. Lo primero es ahorrar y así tener un colchón para imprevistos.
4. Asume riesgos adecuados.
En los negocios, en las inversiones o en la vida personal hay que asumir, económicamente hablando, los riesgos adecuados. A la hora de hablar de riesgos hay también numerosos consejos como por ejemplo, no hipotecarnos en algo que su pago conlleva un tercio de nuestros ingresos y diversificar nuestras inversiones. Es decir, no poner todo el dinero en la misma operación o lo que comúnmente se dice “no poner todos los huevos en la misma cesta”.
5. Invierte en educación financiera.
Las mejores inversiones no comienzan con dinero, comienzan en uno mismo. Por ello, dedica todo el tiempo que puedas a leer libros, consultar tutoriales y a aprender de los expertos para posteriormente poner en práctica los aprendizajes. Aprender debe ser algo continuo y te ayudará a alcanzar antes la libertad financiera.
Conseguir esta meta conlleva una serie de cambios internos y externos. Así como un conjunto de pasos donde el ahorro, las buenas inversiones y el cambio de ciertas actitudes son imprescindibles.
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